Las empresas del carbón, la metalurgia y las fabricantes de maquinaria se encuentran en apuros porque los clientes tienen dificultades para pagar
Las restricciones al crédito y un ambiente económico débil están obligando a las empresas chinas a desatender sus facturas, lo que ha desencadenado una ola de cuentas de negocio pendientes de pago. Estas cuentas pendientes de pago hacen referencia al dinero que se le debe a una empresa pero que todavía no ha sido abonado por los clientes. A las empresas les cuesta pagar a los proveedores de forma puntual, lo que se suma a las presiones financieras que sufren estos últimos, que ven difícil o imposible devolver el dinero a sus acreedores.
 
 
		



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